Postrada, los recuerdos le brotaban de forma incontrolada. Súbitamente, acompasados, como el ruido del mar, en su cabeza se dibujaban tal que una 'story board', infinitas secuencias de su vida, a las que, en su atrevimiento, remataba con un desenlance que, en no pocas ocasiones, era pura ficción. Un sonido, un comentario, una música, disparaban su imaginación hacia límites imposibles. Ésta vez, Ella (homenaje de sus progenitores a
Ella Fitzgerald), encajó, con rapidez inusitada, la melodía emitida desde un chiringuito a sus espaldas. Los sones latinos de aquella canción de
Carlos Santana,
'Europa' para más señas, la envolvieron en una sugerente cadencia de imágenes de antaño. A veces, los recuerdos aparecían difuminados por la memoria, en otros, era éste el caso, era capaz de fijarlos con precisión.
Con doce años, desde la ventana del chalet de su tía, la escuchó por vez primera. Acostada, en la habitación que compartía con su prima ,a la que secretamente 'aguardaba' durante aquellos sábados de salidas nocturnas, el sonido, al principio fue imperceptible, debilitado por las voces de los vecinos que charlaban 'al fresco', en una de esas tantas noches de verano, después, la música se impuso con rotundidad, como también lo hizo la arriesgada lágrima que tras deslizarse por una de sus mejillas, impactó contra la arena. Aquella noche lo supo. (Continuará...)
El cuadro, 'El patio', es obra del pintor uruguayo, Pedro Figari. (Montevideo.1861-1938).
